miércoles, febrero 14, 2007

domingo, febrero 04, 2007

LET THEM EAT CAKE!!!

















RUMOR, SCANDAL, LOVE, SEX & REVOLUTION!!!

"Me interesa el ser humano, no el mito" !!!
a Sofia Coppola Entrevista La Vanguardia 04.01.07.

La directora estadounidense Sofia Coppola, que estreno en Europa "María Antonieta" dio una entrevista a propósito de la película, que considera "en cierta manera, el último capítulo de 'Lost in translation' y 'Las vírgenes suicidas'", sus dos filmes anteriores.
Batió varios récords cuando ganó el Oscar a la mejor directora por su labor en Lost in translation, pero con ese breve momento de gloria logró que de una vez y para siempre dejaran de considerarla sólo la hija de una leyenda del cine. Para cuando obtuvo el respaldo necesario para llevar a la pantalla grande la vida de María Antonieta, la malograda reina de Francia, ya era para los grandes estudios simplemente Sofia Coppola y no la hija de Francis Ford. Eso no quita que la esposa de Spike Jonze no se distinga de muchas otras realizadoras de su edad simplemente por la naturaleza de su familia. Coppola es además prima de Nicolas Cage y también de Jason Schwartzman, el coprotagonista de María Antonieta. Después de Las vírgenes suicidas y de Lost in translation, Sofia rodó su producción más ambiciosa en Francia, con Kirsten Dunst interpretando a la austriaca que perdió la cabeza en la Revolución Francesa.
— Hay quien dice que María Antonieta es parte de una trilogía suya sobre el despertar sexual de las mujeres jóvenes. ¿Qué opina? — Cuando terminé la película me di cuenta de que hay una conexión en la temática de mis películas y que éste era el último capítulo de algo en lo que venía trabajando. Éste es un nuevo paso en la evolución de una muchacha. En Lost in translation ella está a punto de descubrir su identidad, y en esta historia vemos cómo una muchacha se convierte en mujer. Por tanto sí, creo que efectivamente se trata de una trilogía...
— O sea, que su próxima película va a tratar sobre una mujer adulta... — No lo sé. Digamos que estas tres películas tienen muchas cosas en común. Creo que tiene que ver con una fase de mi vida. No sé si he estado haciendo la misma película una y otra vez como suele ocurrir con ciertos directores. Lo cierto es que ahora siento que puedo tomar una dirección diferente, pero no sé muy bien cuál va a ser.
— ¿Por qué decidió hacer que María Antonieta fuera una persona real antes que una figura histórica? — Cuando leí la biografía de Antonia Fraser sobre María Antonieta lo que me interesó fue el ser humano que estaba detrás de todos los mitos y de la leyenda, que la presenta como la malvada reina francesa. Digamos que yo quise mostrar un retrato de la persona real basándome en la investigación y en las cartas que ella dejó, para hacer un retrato íntimo de esta mujer. Nunca me interesó hacer una epopeya histórica, sino que quise mostrar la soledad en la que vivió.
— ¿Cuál fue el criterio para recrear visualmente los últimos años de la monarquía francesa? — Para mí, fue muy importante mantener el foco de la atención en los personajes principales, en la actuación y en la emoción, y no dejarme llevar por toda la grandeza que la rodeaba, a pesar de que de todos modos ése era uno de los elementos más atractivos que tenía este proyecto, como poder trabajar con Milena Canonero en el vestuario y filmar buena parte de la película en Versalles. Ésa fue una de las cosas que me atrajeron de la época. Sabía que visualmente tenía que ser una película muy ostentosa y a la vez visualmente muy atractiva, porque tenía que llevar al espectador a un mundo diferente y no mostrar lo que uno puede ver todos los días en la calle. Yo quería ver algo distinto y experimentar un mundo diferente, quería saber cómo era vivir en esa época.
— ¿Cómo se documentó? — Para inspirarme visualmente vi muchas películas ambientadas en esa época, pero a la vez no quería olvidarme de que estaba hablando de adolescentes, y en ese sentido, la película tenía que tener una vitalidad y una frescura que estuviera acorde con la edad de los protagonistas. Cuando visité el dormitorio de la verdadera María Antonieta me encontré con las telas que le gustaban, que eran de un color turquesa brillante y rosa. Cuando pienso en esa época me dejo llevar por lo que se ve en los retratos que están en los museos y por las prendas de la época, pero esas prendas ya están gastadas por el paso del tiempo y no son tan brillantes como cuando estaban nuevas. Aun así, me sorprendió cuán brillantes eran los colores que abundaban en su mundo y pensé que era lógico que una adolescente de catorce años quisiera telas rosa y turquesa. Digamos que todo lo que se ve en la película surge de lo que vi en los cuartos en los que ella vivió.
— ¿Le preocupaba la autenticidad a la hora de recrear la Francia prerrevolucionaria? — No necesariamente. Yo me tomé todas las licencias artísticas para tratar de recrear cómo creía yo que era la vida diaria en Versalles. Pero a la vez quería que la historia tuviese lugar en el siglo XVIII, y tuve que hacer una enorme investigación, porque todo está basado en la historia real. Si bien tomé todas las decisiones artísticas para crear este mundo basándome en la historia real, al mismo tiempo no quería que fuera un documental.
— ¿Por qué sus personajes siempre hablan tan poco? — Porque prefiero comenzar siempre mis películas estableciendo la atmósfera y el tono que van a tener, y cómo se van a ver visualmente. Después viene la música, y siempre trato de usar los diálogos lo menos posible, porque me interesa contar mis historias a través de las expresiones y de las emociones. Incluso alguna vez llegué a pensar en hacer una película muda. En cualquier caso, no me interesan demasiado los diálogos, prefiero expresar las cosas visualmente.
— ¿Cómo consiguió que le dejaran filmar en Versalles? — Tuvimos una reunión con el director del Museo de Versalles y yo le expliqué lo que quería hacer en la película. Leyeron el guión y les pareció muy positivo y estimulante. Les gustó que yo quisiera contar la historia desde su punto de vista y nos abrieron las puertas de Versalles de par en par.
— ¿Le emocionó filmar en el mismo sitio donde ocurrieron los hechos? — Bastante. Simplemente uno se da cuenta de todo lo que ocurrió sólo por estar allí. Recuerdo que una noche estábamos filmando en Versalles y éramos como cincuenta personas. En determinado momento, los demás miembros del equipo se adelantaron y nos quedamos otra persona y yo solos en los aposentos del rey. Fue imposible no inquietarse un poco, pero nunca vi un fantasma...
— Me imagino que no podía poner cámaras o luces en ciertos lugares del edificio, ¿no es así? — Por supuesto. Tuvimos que lidiar con ciertas restricciones y por ejemplo el salón de los espejos estaba en construcción, o, mejor dicho, la mitad estaba siendo restaurado, por lo que tuvimos que hacer algunas trampas para que todo se viera bien. Yo creo que el palacio de Versalles se convierte en un personaje en la película, y en ese sentido hubiese sido bastante difícil recrear ese lugar en un plató. Yo había visto una parte de la película sobre María Antonieta con Norma Shearer, que tiene un tono muy hollywoodiense, muy artificial, y yo quería que mi María Antonieta fuera tan naturalista y auténtica como me fuera posible.
SOUNDTRACK INCREIBLEEEEEEEEEE!!!